Aprueban aumento a fuerzas armadas de EU; sacrifican a ‘dreamers’

La Jornada

Nueva York.- Reabrió el gobierno esta mañana, después de un cierre de unas horas, luego que el Congreso y la Casa Blanca aprobaron un acuerdo de gasto federal que otorga un masivo incremento para las fuerzas armadas y que sacrifica a los dreamers.

Pero el caos que imperó en el Congreso anoche llevando a un segundo cierre de las operaciones del gobierno en las últimas tres semanas fue acompañado por un caos en la Casa Blanca, donde estalló otro escándalo más que no sólo ha llevado a la expulsión de un asesor íntimo del presidente esta semana sino que amenaza al hasta ahora intocable jefe del gabinete quien supuestamente había llegado para imponer orden.

El acuerdo eleva los niveles del gasto federal para diversos programas incluyendo suficientes nuevos fondos para incrementar el presupuesto militar a 700 mil millones de dólares para el año fiscal 2018 -un alza del 10 por ciento- y también una medida temporaria para extender el financiamiento del gobierno hasta el 23 de marzo. Pero todo lo referente al tema de migración, desde una solución a los dreamers como el muro fronterizo quedó fuera.

Ambas cámaras del Congreso aprobaron el acuerdo en la madrugada de este viernes y el presidente Donald Trump lo promulgó esta mañana, festejando que “nuestros militares ahora serán más fuertes que nunca. Amamos y necesitamos a nuestros militares y les dimos todo -y más”. A la vez, celebró en otro tuit: “afortunadamente, DACA (el programa de protección de dreamers) no está incluido en este proyecto de ley, (las) negociaciones arrancan ahora”.

Para los líderes del movimiento de los dreamers (soñadores), el resultado fue una pesadilla. “Anoche, la juventud inmigrante fue traicionada”, declaró Greisa Martínez Rosas, directora de abogacía de United We Dream, la organización de jóvenes inmigrantes más grande del país. Señalando en particular el hecho de que 73 representantes demócratas votaron a favor del acuerdo, indicó en conferencia con periodistas que tanto demócratas como republicanos moderados que habían hablado “con palabras bonitas” para afirmar que lograrían una solución para los dreamers hoy “son cómplices de la máquina de deportación de Trump”.

Karina Ruiz, de la Coalición de la Ley Dream de Arizona expresó que después de visitar las oficinas de cientos de legisladores, “nos fallaron” y “estamos cansados de palabras, necesitamos acción”. Kica Matos, del Center for Community Change/FIRM declaró que “estamos enojados, horrorizados e indignados” por la falta de responsabilidad de los legisladores al no insistir en una solución, y con ello permitir la promoción de una “agenda racista” para “hacer a América blanca de nuevo. Están sacrificando a toda una generación”.

Los dreamers, jóvenes indocumentados que llegaron al país como menores de edad, han sido la vanguardia del movimiento de derechos inmigrantes en los últimos años. En 2012, ante el fracaso de una reforma migratoria, lograron que el entonces presidente Barack Obama, por orden ejecutiva, impulsara el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en inglés) que llegó a beneficiar a más de 700 mil -la gran mayoría de origen mexicano- desde entonces al protegerlos de la deportación y otorgarles un tipo de legalización temporal que les permite trabajar y estudiar. En septiembre, Trump ordenó anular el programa a partir del 5 de marzo e invitó al Congreso a buscar una solución más permanente.

El liderazgo democrata se había comprometido a usar las negociaciones del gasto y presupuesto federal para obligar que el tema fuera parte de cualquier acuerdo. Como minoría en el Congreso, casi la única palanca que se tiene para extraer concesiones de la mayoría es el momento donde se requieren los votos demócratas para aprobar proyectos de ley como este. Por ello, todo el enfoque había sido asegurar que los demócratas condicionaran su apoyo a este acuerdo en torno a una solución para los dreamers. Por eso, la denuncia de “traición”.

La aprobación de este paquete legislativo representa un triunfo casi total para Trump, aunque los demócratas insisten en que también lograron elevar gastos para programas sociales, mientras que los defensores de los dreamers acaban de perder esta “palanca”.

“No somos fichas de una negociación”, insistió Martínez Rosas al indicar que aunque el liderazgo republicano aceptó la demanda demócrata de permitir un debate y voto en el Senado sobre el asunto migratorio a cambio del voto de los demócratas para el acuerdo fiscal, lo cual está programado para empezar el próximo lunes, eso no es igual a una solución.

Pero el triunfo que surgió del caos en el Capitolio fue recibido en una Casa Blanca enfrentando nuevamente otra consecuencia de su caos ya casi normal. Con la sorpresiva renuncia de Rob Porter, entre los asistentes más cercanos del presidente, esta semana al revelarse acusaciones por sus dos ex esposas de que padecieron de abuso físico y verbal, ahora se dio a conocer esfuerzos para encubrir a quién y cuándo se enteró la Casa Blanca del comportamiento de ese asesor.

Trump y su jefe de gabinete, el general retirado John Kelly, insistieron en que se enteraron con la publicación de las acusaciones en el Daily Mail esta semana. Sin embargo, el abogado de la Casa Blanca Donald McGAhn sabía desde enero del año pasado, mientras que la directora de comunicaciones de Trump, Hope Hicks, quien tiene una relación romántica con Porter, buscó defenderlo. Pero ahora resulta que el propio Kelly, quien primero defendió el carácter de Porter, mintió cuando dijo que no sabía anteriormente del asunto -se había enterado en el otoño del año pasado de que Porter aún estaba bajo investigación por el abuso físico de sus ex esposas, pero aún así lo encargó de más responsabilidad en la Casa Blanca, reportó el Washington Post. Ante todo esto, Kelly informó a funcionarios de la Casa Blanca que está preparado para renunciar por la forma en que manejó este asunto, reportó el New York Times.

Aunque no se espera que Kelly renuncie por ahora, la revelación nutrió la percepción de que tal vez Kelly, por primera vez, se encuentra en jaque. No pocos apuntaron a la ironía de que ahora Kelly, quien llegó a ocupar el puesto justo para “poner orden” en la Casa Blanca, está ahora generando otro escándalo más.

Mientras tanto, el presidente -acusado por más de una docena de mujeres de abuso y hostigamiento sexual- decidió elogiar a Porter, señalando que “hizo muy buena labor” y señaló que “él dijo que es inocente”, concluyendo “le deseamos lo mejor”.

Al mismo tiempo, Rachel Brand, quien ocupa el tercer puesto de mayor rango en el Departamento de Justicia anunció su retiro después de nueve meses en el puesto, en lo que algunos interpretan como parte de un éxodo de altos funcionarios del gobierno de Trump.

Esta semana se estrena un nuevo programa para entender mejor la era de Trump, con una serie animada llamada Nuestro presidente de caricatura, proyecto producido por el cómico/satirista político Stephen Colbert: https://youtu.be/260mj1dmJhU