Calentamiento Global pone en riesgo zonas costeras de Florida y Texas

Por:Karen Janett Carranza J.

WASHINGTON, D.C. El pasado 12 de julio de 2017, La Unión de Científicos Preocupados, publicó el reporte llamado “Cuando la Elevación de los Océanos Ataca el Hogar: Elecciones Difíciles para Cientos de Comunidades Costeras de los Estados Unidos”, en el que se revelan los posibles escenarios para las comunidades costeras de la Florida, Texas y otras comunidades pobladas por latinos hacia el 2100, los cuáles se verían afectadas por la elevación de los océanos debido al calentamiento global. Los resultados de otros estudios que también se contemplan en este reporte, muestran que las zonas más afectadas por inundaciones en estos estados, deja a los dueños de las tierras afectados económicamente de manera frecuente, pues los daños por lo general se dan en las estructuras de edificaciones.

Otro estudio llamado “Aguas Preocupantes: El Programa Nacional de Seguros por Inundaciones en Perspectiva Histórica”, reveló que los Estados de Florida y Texas resguardan al 40% de la población atendida por el Programa Nacional de Seguros e Inundaciones y podría ir en aumento a medida que avance el tiempo.

Mientras que los riesgos por inundaciones en el país aumentan, el déficit de $25 billones de dólares del Programa Nacional de Seguros por Inundaciones lo pone en riesgo de desaparecer, proyectando el desamparo de cientos de comunidades que dependen de él para la protección de sus propiedades. Aunado a lo anterior, la Administración Trump ha propuesto un recorte de $190 millones de dólares anuales a los trabajos de mapeos, que sirven como herramienta para la identificación de zonas de riesgo.

Para el 2035, la zona de Florida sería afectada en 88 comunidades, lo que representa el 51% de éstas comunidades; por su parte Texas alberga el 10% de los afectados, lo que en conjunto representa el 61% de las poblaciones afectadas a nivel nacional.

Las inundaciones crónicas provocadas por las lluvias intensas de temporal, irán en aumento debido a la elevación acelerada del calentamiento global. De acuerdo con el estudio publicado por la Unión de Científicos Preocupados, la proyección de los eventos que enfrentarán las zonas costeras del país son los siguientes:

Para el 2035, alrededor de 170 comunidades alrededor del país -casi el doble de las que ahora se conocen- enfrentarán inundaciones crónicas y posibles repliegues de zonas afectadas bajo la mira de escenarios intermedios y altos de elevaciones; más de 100 de éstas zonas verían al menos un cuarto de sus tierras crónicamente inundadas.
Para el 2060, alrededor de 270 comunidades se enfrentarán a inundaciones crónicas con un nivel intermedio en la elevación de los océanos. Este número podría saltar a los 360, bajo un escenario de elevaciones altas. Alrededor del 40 por ciento de las comunidades que se ven inundadas crónicamente en cualquier escenario, podrían ver al menos la mitad de sus tierras inundadas.
Para el 2100, alrededor de 490 comunidades -incluido apenas un 40 por ciento de las comunidades en el frente oceánico de las Costas Este y del Golfo- enfrentarán inundaciones crónicas y posibles repliegues con niveles intermedios en el aumento del mar; casi 300 de ellas verán al menos un cuarto de sus propiedades crónicamente inundadas. El número de comunidades salta hasta alrededor de 670 -incluyendo apenas el 60 por ciento de las comunidades en el frente oceánico de las Costas Este y del Golfo- si se considera el escenario de crecimiento elevado en las inundaciones.

Lo anterior podría interpretarse también como el número de comunidades o zonas que no solamente se verían inundadas, sino que se encuentran en riesgo de desaparecer debido a que los océanos consumen las costas a medida que elevan su nivel. Sin embargo, aún se puede actuar para mitigar estos efectos y proteger a las comunidades afectadas.

Si se busca alcanzar las metas que fueron establecidas en el Acuerdo de París para la reducción en la temperatura y la reducción de emisiones y de hecho se logran estos objetivos desacelerando el crecimiento de los niveles del mar, alrededor de 380 comunidades podrían salvarse de las inundaciones crónicas durante este siglo. Por lo que es evidente que tanto el gobierno, como los empresarios y los ciudadanos, deben unir esfuerzos para poder combatir de manera efectiva este problema.

Algunas medidas de adaptación a las inundaciones, incluyen el desalojo de estas zonas y su recuperación mediante la restauración ambiental. Ante este escenario, se presenta otro problema, la gran cantidad de gente que habita estas zonas y que se encuentra casi totalmente imposibilitada para vender sus propiedades debido a una o varias de las siguientes problemáticas:
Pérdida de valía de su propiedad.
Deudas hipotecarias por espacios inexistentes (que se perdieron a causa de inundaciones).
Falta de pago -total o parcial- del Seguro de Inundaciones por los daños ocasionados por lluvias e inundaciones a los propietarios de las tierras.

Aunque muchas de las aseguradoras se niegan a pagar por los daños que han sufrido las propiedades bajo el argumento de que estas ya se encontraban dañadas previo a los desastres naturales, la realidad es que existe un déficit por $25 billones de dólares en el Programa Nacional de Seguros por Inundaciones, que se presume ha sido causado por el mal manejo de los recursos de esa bolsa, de donde las aseguradoras toman el dinero para pagar; por lo anterior éstas se han visto obligadas a dejar de pagar a los afectados. De acuerdo con una publicación del Washington Post, Roy Wright, administrador del fondo declaró que no hay manera de cubrir los gastos que se adeudan y agregó:

“Solamente el Congreso puede tratar con estas pérdidas del pasado. En lo que nos estamos enfocando ahora es en asegurarnos que al ir hacia adelante, estamos poniéndonos bajo un esquema de base financiera sólida”.

Ante este escenario, los únicos afectados son los contribuyentes que con trabajo han pagado sus seguros de inundaciones -en algunas ocasiones pagando por el deducible más alto- sin contar con la seguridad de que sus propiedades realmente están cubiertas, exponiéndose a seguir pagando la restauración de las mismas con recursos propios o si el caso presenta un lugar inhabitable, aumentar a sus gastos la renta de otro lugar, lo que representa un incremento en sus deudas hipotecarias.

Como si fuese poco, la reducción al presupuesto por $190 millones de dólares anuales para los trabajos de mapeos de las zonas de riesgos, impedirán que la gente pueda siquiera tener acceso a información básica de riesgos sobre propiedades que ya adquirieron o podrían adquirir en el futuro.