Va en incremento el número de mujeres-madre en reclusión

Irma Mejía

Periodista con estudios en Seguridad Ciudadana

irmisme@gmail.com

Twitter: @irmisme

Tan sólo mencionar la palabra “cárcel” a la mente se vienen imágenes de celdas, barrotes, lugar peligroso, delincuentes,  violencia, incluso, la figura inmediata que aparece es de hombres, en un entorno sombrío; pero creo que muy pocas veces se piensa que dentro de un penal hay mujeres y, en algunos casos, también viven niños. Estremecedor ¿verdad?. Tan sólo imaginar que dentro de un centro penitenciario hay bebés, entonces, seguramente usted como yo, quedamos sorprendimos y tragamos saliva, al considerar que ese no debería ser un ambiente para un niño, porque él debería estar en un mundo de arcoíris y de felicidad.

Bien, entonces, empecemos a dilucidar esta realidad de las mujeres en prisión. Aunque la población femenil en centros penitenciarios es significativamente menor comparada a la población varonil, es urgente y necesario visibilizarlas, sobre todo darle la importancia que requiere un gran compromiso dentro de las agendas políticas no sólo del ámbito local, sino nacional, incluso, a nivel global, ya que en las últimas décadas, los porcentajes de mujeres en situación de prisión se han  se han multiplicado.

De acuerdo a los datos del Instituto de Investigación para Políticas Criminales (Institute for Criminal Policy Research), a nivel mundial, las mujeres en prisión representan el 4.4% de la población total.

De las 700 mil mujeres encarceladas en el mundo, más de 200 mil se encuentran en los Estados Unidos, por cierto, México ocupa el sexto lugar con mayor población penitenciaria, después de Estados Unidos, China, Rusia, India y Brasil.

Según datos del “Diagnóstico de las circunstancias en las que se encuentran las hijas e hijos de las mujeres privadas de su libertad en once centros penitenciarios de la República Mexicana”, realizado por el Instituto Nacional de las Mujeres,  en junio de 2016 la población penitenciaria mexicana era de 233 mil 469 personas, de las cuales, más de 12 mil eran mujeres, equivalente al 5.20%.

Un dato revelador es que del 2000 al 2015, la población de mujeres a nivel mundial ha aumentado en un 50.2%; y de este fenómeno no ha escapado México, ya que en  2001 la población femenil en centros penitenciario era de siete mil 207, equivalente al 4.3% del total de la población penitenciaria; sin embargo, para 2005 ascendió a 10 mil 485 que representó al 5.0%.

Según cifras del último Cuaderno Mensual de Información Estadística Penitenciaría Nacional, en julio de 2016, el número aumentó a 12 mil 132, que significó  5.2%.

El panorama se complica más aún, cuando de ese total, muchas son madres y se estima que aproximadamente 500 menores están viviendo con sus madres en la cárcel. Los penales femeniles con mayor numero de niños se concentran en la Ciudad de México. Estado de México, Jalisco y Chiapas.

En el caso del Centro Regional de Reinserción Social (Cerereso) de Cieneguillas, hay 99 internas, de las cuales, 90 son madres y cuatro de ellas tienen a sus bebés con ellas, ya que la Ley Nacional de Ejecución Penal permite la estancia de los niños hasta los tres años.

Al menos, en las evaluaciones que han realizado los organismos de derechos humanos tanto estatal como nacional, este centro penitenciario es el único que ha salido con una calificación positiva, incluso, se habla que está a punto de ser certificado por la Asociación de Correccionales de América (ACA).

En el caso de Aguascalientes, de acuerdo al Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria2017, se reportaban 87 internas en el penal femenil y en reportes periodísticos se registraba al menos un menor que vivía  con su madre al interior del centro penitenciario.

Otra diferencia que hay entre un hombre y una mujer en situación de prisión, es que casi la gran mayoría de ellas, además de perder la libertad pierden los vínculos psico-emocionales, aunado a que muchas de ellas, eran el sustento o responsables de sus hijo, ya que se estima que 80% de esas mujeres son madres de familia.

En el Diagnóstico Nacional de INMUJERES, arrojaba que  “72% de las mujeres en prisión que fueron encuestadas dijeron que tenían entre uno y tres hijos o hijas al momento de su detención, sin dejar de lado que 34% de las internas que son madres contestaron que uno o más de sus hijos estuvieron presentes al momento de su detención.

En suma, este panorama obliga a que las autoridades en general apliquen al pie de la letra los derechos de las mujeres en situación de prisión y ponderar el derecho del interés superior de la niñez que obliga a brindar las condiciones necesarias para el desarrollo de los niños, porque ellos no deberían estar en un ambiente como si también el compurgara un delito sin deberlo, por ende, la importancia poner atención a los penales femeniles.