Científicos de la UNAM crean parche que cambiará el tratamiento de quemaduras

Milenio

Científicos de la Universidad Autónoma de México, conscientes de que cada año alrededor de 120 mil personas sufren quemaduras, crearon un parche que acelerará el proceso de recuperación de la piel por este tipo de lesiones. 

El parche está hecho a base de productos naturales y libera fármacos que reducen el tiempo de cicatrización y mejora la calidad de la piel nueva. Además, su consistencia transparente permite que el monitoreo de la lesión no sea invasiva.

El invento resulta benéfico para un país en el que cada año, alrededor de 120 mil personas —en donde más del 60 por ciento son niños de 4 o 5 años de edad—, sufren lesiones en la piel por agua caliente, electricidad, sustancias químicas o fricción.

“Las lesiones en la piel requieren de periodos prolongados para sanar; usualmente son difíciles de controlar con medicamentos debido a la severidad por la extensión dañada y por la profundidad de la quemadura, factores que pueden provocar la muerte de los accidentados”, explicó el académico de la Facultad de Química de la UNAM, Gerardo Leyva Gómez.

El equipo de investigación está conformado por la doctora María Luisa Del Prado Audelo y las estudiantes de Química Farmacéutico Biológica, Mónica Citlalli Guaderrama Acevedo y Raisa Alejandra Mendoza Flores.

Reducirá el tiempo y los altos costos

El material, desarrollado por los universitarios, es de bajo costo, biodegradable y con nanopartículas que liberan antiinflamatorios y antioxidantes, por lo que favorece el cierre de heridas extensas provocadas por quemaduras, por ulceras por presión, arma punzocortante o pie diabético.

En comparación a los sustitutos artificiales de piel que se utilizan en el sector salud cuestas entre tres mil y seis mil pesos por la extensión del tamaño y su grosor de una hoja tamaño carta; el parche desarrollado por los universitarios, tiene la mismas características, pero a un costo entre cien y 200 pesos.

Gracias al derivado de componente marino que contiene, una vez puesta en la piel dañada tardará en degradarse en tres o cinco días. Para evitar las infecciones y las bacterias que se pueden producir por la falta de una fracción de piel, los científicos de la UNAM incluyeron en el apósito cutáneo nanopartículas de curcumina, que se liberan al contacto con el tejido.

La curcumina proviene de la raíz cúrcuma longa, con propiedades antiinflamatorias, antibacterianas y antioxidantes.

En estudios recientes, los científicos observaron que la calidad de la piel regenerada es multifactorial, ya que dependerá el tratamiento farmacológico y quirúrgico, la etapa de rehabilitación, alimentación, edad y sexo. 

Señalaron que de la zona dañada se recobra el 60 por ciento de funcionalidad, que en comparación con la piel sana, no tiene la misma hidratación, elasticidad y coloración.

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