Cuando la prudencia obliga

POR: CESAR AMADO CERVANTES MENA

Saber callar en el momento oportuno es tal vez la mejor arma de inteligencia que tu ser posee. 

No sé realmente si la situación que atravesamos hoy día en verdad nos ha permitido ser mejores personas o simplemente abrillantó lo que realmente somos y jamás dejaremos de ser. Altruismo disfrazado de buena causa, gente obligada a ceder en sus hábitos bien formados ante la fuerza del marketing, la mercadotecnia y falsos mesías que se escudaron al final, atrás de una sotana.

De que los hay, los hay, incluyendo a esos mercenarios que hacen del sufrimiento de los demás, una obligación asistencial por parte de otros tantos a socorrer a expensas pecuniarias y patrimonio ajeno, aun con todo ello, vociferar a cuatro vientos la “nobleza de sus corazones” por encauzar lo que de forma humana y natural algunos se desprenden habitualmente a favor de los más necesitados, ya ve usted, también en la pandemia como en la guerra, existen modas, vencedores y vencidos, unos por dar y otros por recibir aunque no lo necesiten.

Pero bueno, hablar de lo anterior es no querer darle vuelta a la página, mejor veamos qué es lo que están haciendo los que aspiran a conducir los destinos de Aguascalientes en los próximos comicios electorales que se avecinan. Antes de proseguir, debo advertirle que no gustó mucho de escribir, expresar algunas ideas me resulta complicado tal vez por una razón tan sencilla como lo es la confesión, al escribir se pregunta uno si acaso esto será del agrado de quien lo lee, de quien lo comparte o simplemente de quien lo va a trasladar para ser evaluado como punto de referencia, sea la razón que fuere, aquí estamos para estampar algunas realidades desde una óptica diferente, la que se nutre de algunas vivencias, de las anécdotas, reflexiones, comentarios, sugerencias y también las que nacen a través de los grandes serios debates que luego escucha uno en lugares tan menudos como los tianguis, la parada del autobús, la mesa o bien en los ya muy saturados chats de redes sociales donde toda la experiencia del mundo reside precisamente ahí y no en la realidad, o en lo científicamente comprobado.

Todos quisiéramos que las catástrofes no existieran y así evitar salir a flote con nuestras carencias, cualidades o virtudes, pero así nos proveyó la naturaleza de cortezas especiales o diferentes para salirle a la vida, asumiendo retos, culpando a los demás o pegados como zanhijuelas hasta que encontrar otro transporte. Lo digo por quienes encontraron muy fácil aprovecharse de la delicada situación global, de las personas y hasta de las autoridades para cometer excesos. Ya de repente los anaqueles de los grandes comercios acusaban la ausencia del papel higiénico, de alcohol, de gel anti-bacterial, de repente ya todos comían frijol, arroz, cocinaban con aceite, se acordaron cuan sabrosas eran las galletas de animalitos, al menos llenadoras, que decir de las latas de atún, ni las sardinas escaparon de la turba que se lanzó a llenar hasta tres carritos con víveres y latería, que decir de los sanitizantes en aerosol que se esfumaron como por arte de magia. Dos días después estarían apareciendo en algunas pequeñas tienditas a sobre precio, preocupados primero por la mala fortuna de encarar una pandemia que no les permitiría sobrevivir y por eso se aprovecharon del consumidor final, al grado de si quiere llévelo, si no, hágale como pueda. Por otra parte, quienes beneficiados con la medida empresarial al recibir íntegros sueldos y prestaciones lo primero que hacían era comprar la pantalla que les faltaba o se salían a pasear en familia a la línea verde y hasta los tianguis. 

Poca gente se puede decir que sufrió entonces la pandemia cuando se les veía en la calle a través de todo medio de comunicación posible que al mismo tiempo sirvió para catapultar las buenas almas caritativas emergentes en vísperas de una elección, quienes se atrevan a desmentirlo es porque estarán en su derecho de hacerlo, quienes hagan caso omiso de éste apartado, es porque atendieron a la prudencia y evitan hacer eco de una opinión estrictamente personal, la mía por supuesto. Pero de que se vieron acciones contundentes como obligados solidarios tal ha sido el caso de Gobierno del Estado y Municipal, que no dudaron en implementar las primeras medidas de contención, aunque después hubo algunos grupúsculos que burdamente quisieron asumir el papel mesiánico de rescatistas del pueblo, lo cual no cuajó y de lo cual aún quedan cuentas pendientes…

En fin, salieron a dar la cara los que quieren continuar, los que quieren ser y los que de plano ya se aburrieron de hacer política, simplemente brillaron por su ausencia, como lo han hecho en ocasiones anteriores pero gozan de virtudes o dones especiales que al puro estilo de un “gato”, siempre caen de pie. Y salieron enarbolando diferentes banderas, desde la “ciudadana” que no era más que un refrito recurrente de quienes extrañan el poder olvidando lo que no hicieron cuando pudieron, los que se quejan de la derecha, los que se quejan de la izquierda, los que se escudaban en las sotanas, hasta los que se quejaban del América y del Cruz azul; salieron con cubre bocas, con carillas, con caretas de plástico, despensas (de astronauta), (de soltero), (de dieta), (de bascula) y de cualquier nombre fueron bautizadas, ya sea por lo raquítico, por la rasurada o por la ordeñada que les habrían dado durante el proceso de entrega, eso de querer que lleguen las cosas a más personas reduciendo las cantidades no los hace más inteligentes, acentúa la humillación de quien las recibe. 

En pocas palabras, los que tienen vocación para el servicio o aquellos que pretenden reflectores ya los pudo ver usted en acción, con foto o sin foto, entregando despensas o saturando las redes sociales exhibiendo su neo talento como grandes opinologos en cualquier materia que tuviese foro y que les permitiera criticar con o sin sustento, a la ciudadanía ya no la pueden engañar, aun con todo el apoyo de cualquier estación radiofónica o de televisión, si la gente no percibió o percibe su real cercanía, lamento decirles que han quedado fuera de la contienda principal que es la del 2021, elección fundamental para definir la sucesión del 2022 al considerar de entrada, que quien gané la mayoría de las curules en Aguascalientes, incluyendo las de vía plurinominal, dictara agenda e inclinará la balanza en el tema de la aprobación de los paquetes en la ley de ingresos, el presupuesto de egresos pero sobre todo lo que permitirá armonizar las cuentas públicas, toral y vital para quien concluye, por fin, éste sexenio. 

Seguro que no tenía nada mejor que hacer, por eso le agradezco doblemente su tiempo, hasta la próxima, si ustedes así lo permiten.