Cuando la pus brota…

Por: Tripunto…

Ya pasaron varios meses y tras el tsunami electoral que arrasó con propios y extraños; suspirantes, aspirantes, candidatos, encuestadores y hasta con los encuestados; vaya, ni los clarividentes en sus más guajiras ocurrencias proféticas lograron la fábula del gran hartazgo y caótica escena de la gran traición que se gestó alrededor de grandes titanes de la política en nuestro país. 

Algunos ya sabían que las consecuencias de sus actos tarde o temprano repercutirían en las urnas; evocando al navío “Titanic”, a sabiendas de que no todos lograrían sobrevivir, se abalanzaron sobre los únicos botes salvavidas que les representaban las inmaculadas posiciones plurinominales; ya fueran de derecha o izquierda en el tablero de nuestro ajedrez, algunos fingieron demencia, otros apelaban a procesos democráticos, que por cierto nunca respetaron, con tal de comenzar a justificar su abandono.

Ahora todos son parte fundamental de la cuarta transformación, la que se origina en los ideales, transita por el sendero de la revolución, de la industrialización y culmina en la traición. Resulta innegable que ni son todos los que deben ser, ni serán los que quieran ser; una especie de mutación del colorido y folklórico discurso que incitó a las masas, se transformó ahora en un mal presagio del futuro de nuestro país, donde quien deposita parte de las culpas en su pueblo libera legítimamente la carga de su responsabilidad constitucional, expone la transformación en los cimientos de una obligada revolución, en la que nuestra calidad sociológica nos prepara, con auxilio de la psicología invertida, en meros espectadores de lo que a continuación se avecina.  

Ni Fernando Gutiérrez Barrios(+) lo habría operado tan hábilmente, para tener a la vista de todos, una policía política disfrazada de Guardia Nacional con elementos jóvenes al servicio de una ideología falsa de “Siervos de la Nación” que es la traducción lógica de los encuestadores, que hoy se creen servidores de la nación, tema que abordaremos muy pronto, claro, si usted nos lo permite.

Vayamos pues a los acontecimientos en Aguascalientes. Una derecha dividida por dos grandes fuerzas a partir de 2016 para encarar el 2018; ambos con fuerza desde cada uno de los palacios, el fantasma de la equidad de género aquí no tiene problema, pero aún persiste el resentimiento que se gestó cuando hicieron permisible la teoría de que en el 2016 el poder debía recaer en las damas, exclusivamente, ello por si limitaba a quien hoy detenta la corona gubernamental, el rey del tablero; la dama por el contrario, habría crecido de ser peón a buen alfil, colgándose por azares del destino y de una limitada capacidad de organización de la izquierda conservadora del priismo local, la jugada maestra en el distrito segundo federal. 

Así las cosas, el 2018 sería el momento preciso de ajustar cuentas entre ambos palacios, por lo menos las torres y los caballos era lo que mal aconsejaron a su Rey y a su Reyna y esto fue lo que permitió que alguien, con piezas nuevas y sin calar, se metiera a un juego que ni siquiera sabía que existiese, por tratarse de un tablero que se presta más a lo intelectual que a las simples corazonadas.

Hubo quienes osaron a jugar en contra de sus propias apuestas, quienes obligaron a pisar en terreno escabroso a sus piezas para sacrificarles como peones y aún así, salir triunfantes como era su costumbre. Votar Lorena-Morena fue una consigna, sin importar quién cayera, hasta ese grado de vileza se llegó con tal de no exhibir la cruda realidad de un imperio decrépito, presa y víctima de sus propias jugadas.

Dama no come dama, ni las torres, ni los alfiles, ni los caballos, mucho menos los peones, salieron a dar la cara por quien durante mucho tiempo los tuvo de adorno. Alguien simplemente guardo las piezas dentro del tablero y se fue a jugar a las damas chinas con todo y canicas en La Paz y tranquilidad que le brinda algún lugar del bello territorio sur californiano.

Ahora hasta los güeros son morenos, los paisanos son chilangos o al menos se acomodaron en territorio cercano como en Ecatepec, no por capaces todos, algunos si por rapaces y faltos a la divina lealtad, a valores y principios que alguna vez juraron guardar, aquí es precisamente, donde la pus comienza a brotar…